Bienvenidos

Os doy la bienvenida a todos los que en sus ratos libres (aunque sean escasos) se dediquen a practicar la escritura o la lectura, para moverse a un mundo de terror, romance, historia, humor o simplemente para evadirse durante unos minutos de la realidad... Por eso estáis cordialmente invitados a leer y a opinar.

Un cordial saludo para todos vosotros.

jueves, 30 de enero de 2014

Dean el Barbero

Mayo de 1846
Dean Vincenster, más conocido como “El Barbero” era uno de los criminales más buscados en todo Río Grande, desde México hasta Colorado. Se le culpaba de la masacre popularmente conocida entre los lugareños como “La tarde de las navajas”, en la que oficialmente se reconoce el asesinato múltiple de mujeres y niños. No obstante las leyendas cuentan que El Barbero violaba a las mujeres y obligaba a sus hijos a mirar, seguidamente, las degollaba con una navaja de afeitar y raptaba a los niños para llevárselos a un páramo desconocido, donde los sodomizaba y los mataba de hambre.
El 13 de mayo de 1946, estalló la guerra entre México y Estados Unidos, situación perfecta para que Vincester pasara a la acción de nuevo.
Él veía sus crímenes como una disciplina artística, y no escatimaba en creatividad para dedicársela a dichos asesinatos, pero sin duda alguna, su forma favorita de matar era desangrar a sus víctimas. Muchas veces, hacía que éstas se bebiesen su propia sangre o incluso engullesen sus propios miembros cercenados.
En busca de su próxima víctima, no tuvo en cuenta que el destino le tenía un final en la recamara.
Cabalgando hacia la ciudad, en busca de más víctimas, sufrió un accidente desafortunado. El caballo desbocó y Vincester calló de espaldas, clavándose su famosa navaja en el costado.
Al paso de unas horas, inmovilizado y agonizante, el barbero tuvo un golpe de suerte, y fue recogido por una diligencia que pasaba por el camino adyacente a las vías principales, ya que se trataba de una diligencia poseída por los Hendels, una familia que se dedicaba a transportar falsificaciones de acciones de bolsa.
Veronica Hendels se encontraba en la parte trasera del carruaje al cuidado del barbero.
Vincester, ya consciente, tramaba secuestrar la diligencia para vender las acciones en el mercado negro  y quedarse todo el dinero. No obstante, Verónica ya sospechaba de él.
El barbero, completamente centrado en su labor, apartó de un empujón a Verónica, que cayó sobre las bolsas repletas de papeles, y se disponía a tomar el control de la diligencia. Ésta plenamente consciente de la situación, y con temple, agarró una de sus agujas de hacer punto, y se tiró encima de Vincester, él anonadado lanzaba manotazos al azar, acertando la mayor parte de sus golpes. El forcejeo continuó haciendo tambalear fuertemente el carruaje.
La rueda derecha golpeó contra una roca, y la diligencia volcó. Vincester cayó de cara, y Verónica se mantuvo estable agarrándose a una cuerda de la lona. Ésta aprovechó el momento para agarrar fuertemente la aguja y clavársela repetidas veces en los ojos, llegando al extremo de ensañamiento.

Esa misma noche, ella y su marido Carl Hendels, llevaron el cadáver a un comedor social, donde familias pobres lo devoraron hasta el último tendón.



martes, 3 de diciembre de 2013

VE HACIA LA LUZ

Con una botella de Jack Daniel’s en una mano, y la cintura de una rubia despampanante en la otra, me disponía a salir de aquel antro de mala muerte, y entrar en el coche donde me esperaban.
Jeremy estaba en el asiento de copiloto esnifando heroína como si no hubiese un mañana, y Mark estaba dándose el lote en la parte de atrás con una chica de dudosa reputación.
Me despedí de aquella prostituta, le dije que no le pagaría nada, ya que no adquirí ninguno de sus servicios. Ella empezó a gritarme en un idioma extranjero, pero yo la ignoré y entré en el coche.
-          ¿A dónde vamos? –Pregunté a Jeremy, que me miraba fijamente con desgano.
-          ¡¿Y yo que coño sé?! – Me respondió mientras esnifaba las motas que se le quedaban en la nariz.
Me encontraba ebrio y drogado, pero yo jamás tomaba heroína, siempre fumaba marihuana en la parte trasera del mismo antro, entre prostitutas fumando cigarrillos y ratas hurgando en los contenedores de basura… Sin embargo arranqué el motor del coche, y conduje hasta la colina más próxima, para contemplar las luces de la ciudad en plena madrugada.
Cuando llegamos, Jeremy se bajó del coche, y se sentó en el capó.
Mark seguía metiéndole mano a aquella prostituta, por lo que decidí salir del coche para no ver semejante espectáculo.
Tras unos minutos de silencio mientras contemplábamos el skyline de la ciudad, la prostituta empezó a gritar de manera agonizante…
Jeremy se encontraba tumbado en el capó, y no reaccionó, pero yo acudí rápidamente a la parte trasera del automóvil.
Mark se había ensañado a puñaladas con la chica, que falleció en unos instantes.
-          ¡¿Pero, qué coño has hecho, Mark!? – Le incriminé llevándome las manos a la cabeza.
-          ¿Lo has visto? – Preguntó serenamente.
-          ¡¿Qué dices?! – Reaccioné temblando.
-          ¿Has contemplado su rostro antes de morir?, ha sido muy excitante, creo que me he precipitado y lo he hecho muy rápido, pero al final, ha merecido la pena…
-          ¡¿Pero, de qué coño me estás hablando!? ¡¿Estás loco?! ¡Has perdido la puta cabeza! – Grité de manera desesperada.
-          ¿No has visto la luz? – preguntó.
-          ¿De qué luz hablas? – le pregunté entre lágrimas.
-          En cada puñalada se liberaba la luz, hay que liberar la luz, no se puede quedar dentro porque puede perderse, si se pierde nos quedaremos en la oscuridad y jamás volveremos a ver… La luz es la que te muestra el camino, por eso hay que liberarla, hay que hacerla libre y así hacer visible el camino… - razonó.
En ese momento intenté hacer que Jeremy reaccionara, pero no podía conseguirlo, no era capaz de hacer que se levantase del capó.
Mientras yo intentaba conseguir la ayuda de Jeremy, Mark continuaba hablando:
-          Nunca confundas la frase << Ve hacia la luz >> porque no hay que ir hacia ella literalmente sino buscarla y hacerla libre… Uno tiene que hacer lo que tiene que hacer,  y para hacer el camino visible, hay que apuñalar, todos tenemos nuestro cometido, y el nuestro es el de hacer el mundo visible…
La liberación es un afrodisiaco, y es difícil omitir el frenesí, es una adicción que concurre en una causa positiva.
Por ello te pido que nos hagas libres a los tres, tienes las herramientas, la creatividad, la toma de decisión y el ente físico con el que abatir a la oscuridad.
Así que deja de luchar, deja de resistirte, y sigue con nuestro cometido…
Mark dejó de hablar, y justamente entonces, conseguí  que Jeremy se levantase.
Entramos en el coche tranquilamente, y desaparecimos de la zona.

La gente no tiene miedo a la muerte, sino al dolor que se siente justamente antes… es un pequeño sacrificio a pagar para seguir viendo el camino.





viernes, 27 de enero de 2012

Miradas Aisladas


Era una noche oscura, ya que me encontraba a las afueras de la ciudad, lejos de la contaminación lumínica. Hacía bastante frío, por lo que decidí terminar de contemplar el firmamento, montarme en el coche y volver a casa…
Intenté arrancar el motor… pero la suerte no me acompañaba esa noche… por lo que tras muchos intentos de salir de allí, decidí pasar la noche en el coche.
Mentiría si digo que no estaba algo asustado, pero no podía hacer otra cosa.
Dormía a ratos, y en uno de esos momentos en los que no podía conciliar el sueño escuché un ruido fuera… como un chirrido en el exterior del coche… no le di importancia e intenté dormirme…
Minutos después volví a escuchar ese ruido, estaba empezando a inquietarme bastante…y entonces salí del coche a comprobar que era ese ruido.
No conseguí encontrar la causa, pero pensé que podía haberlo hecho algún animal que deambulaba por el lugar…
Volví al interior del coche y nada mas cerrar la puerta, volví a escuchar el ruido… Estaba realmente muerto de miedo, pues me encontraba solo en medio de la nada.
De repente noté una presencia que me incomodaba bastante… No se lo que pasaba, pero sabía que ahí fuera había algo.
Me asomé muy medroso por la ventanilla a ver quien o qué era, y vi una silueta, que no pude identificar… evidentemente no era una persona, yo lo hubiese notado, aunque no estaba seguro, solo me asomé un segundo por la ventana, ya que me moría de miedo…
Cogí una manta y me cubrí completamente… no sabía por qué lo hice, pero lo hice.
Unos segundos más tarde ese “ser” abrió la puerta del coche… yo estaba paralizado, no podía ni respirar, tenía los ojos fuertemente cerrados, tenía un miedo terrible a abrir los ojos y encontrarme con ‘eso’ mirándome fijamente a los ojos…
Me armé de todo el valor que pude para abrir los ojos… y allí estaba…

A día de hoy, sigo viéndolo en ocasiones… pero sólo cuando estoy solo… Tengo miedo a pestañear, porque cuando abro los ojos siempre lo veo observándome.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Álvaro y Fuencisla


Álvaro Avelande, un chico que a los quince años presenció el fusilamiento de sus propios padres, estaba totalmente en contra del régimen franquista.
Vivía en Guadalajara antes de que sus padres fuesen fusilados en 1940. Allí vivía su madre Gladis, una señora de origen inglés, y Juan Manuel, que de todos era conocido, por sus ideologías republicanas.
En 1942, se mudó al pueblo de Fontanar, donde encontró trabajo como vigilante nocturno en un barrio. En este mismo año conoció a Fuencisla, una chica de diecisiete años de edad, que trabajaba como granjera en las afueras del pueblo.                                                                                                                               Ambos se conocieron en un bar del pueblo llamado “El Bermenal”, donde todos los trabajadores del barrio, que era un barrio a las afueras del pueblo, paraban para almorzar, ya que era el único que había.
A finales de 1942 se casaron en una iglesia a las afueras de Guadalajara, una Ermita que tenía muchos años de antigüedad. La ceremonia se celebró sin ninguna complicación, pero en el banquete de boda, al cual asistieron más de cincuenta familiares, intervinieron unos guardias arrestando a un tal Miguel, el cual se había colado en la ceremonia para ocultarse de los guardias, éstos fusilaron a Miguel tras la Ermita. Uno de los guardias se acercó a los novios y les advirtió que la próxima vez que fuesen vistos en una situación similar, serían arrestados por encubrimiento de un inmigrante ilegal.
En 1943, ya casados, Fuencisla se había quedado embarazada, pero lo que no sabía Álvaro, era que Fuencisla le había sido infiel tres días atrás. Efectivamente, el niño que crecía en Fuencisla era de otro hombre.
Hablemos sobre Fuencisla.
Fuencisla proviene de padres adinerados, pero ella los defraudó al poseer esas ideologías tan revolucionarias e impensables para la época. Ella siempre ha temido a su padre, ya que éste creía en la disciplina y en la dureza a la hora de la enseñanza de los niños. Fuencisla había sido siempre sometida a duros trabajos designados por su padre José Antonio, el cual era un civil que servía a las fuerzas de gobierno de Francisco Franco.
Por otro lado, la madre, Pilar, era una mujer amable con todo el mundo, aunque eso no hiciese posible que Fuencisla se quedase en la casa y continuase con sus estudios.
Ese mismo año, el padre de Fuencisla, José Antonio, estaba actuando de forma muy extraña desde el último turno de noche en el cuartel en el mes de marzo. Por esto mismo tres días atrás Fuencisla fue a visitar a su padre, ya que Pilar estaba en Madrid en un viaje con sus amigas del trabajo. Esa misma noche José Antonio estaba aún más agresivo que de costumbre… y es que éste empezó a forzar a Fuencisla e incluso a abusar de ella.
Fuencisla no le había sido infiel a Álvaro por su propia voluntad, sino que ahora además de llevar el peso de alimentar a un niño que no había sido fruto del amor entre Álvaro y ella, también cargaba el enorme peso de haber sido violada por su propio padre. Fuencisla no quería contarle nada a Álvaro, ya que pensó que lo enfurecería a tal punto que sería capaz de hacer cualquier cosa.
1946.
Juan José Avelande Sánchez, era el nombre del niño que había nacido de la despiadada violación de José Antonio a su propia hija.
En la noche del 31 de agosto, Fuencisla no podía soportar más el remordimiento que la quemaba lentamente por dentro y los casi tres años de profunda depresión ocultada que había vivido, así que decide tirar del telón y delatar a su padre.
Álvaro reaccionó con un breve lagrimeo y decidió abrazar fuertemente a Fuencisla, seguidamente, tomó la escopeta y se montó en furgón que usaba para las vigilancias nocturnas, para ir a casa de los padres de Fuencisla.
Cuando ya se encontraba allí Fuencisla llamó llorando, cuando aún José Antonio no sospechaba el motivo por el que Álvaro había ido hasta allí, y le contó a Pilar que habían encontrado el a Cristina, la prima de Álvaro, asesinada en el suelo con las marcas de dos disparos en la frente. En ese momento Álvaro agarra a José Antonio por las solapas de la chaqueta y lo empuja hacia la pared, éste opone gran resistencia y escapa por la ventana del jardín. Álvaro corre hacia el furgón y toma la escopeta, seguidamente corre en su búsqueda y al poco tiempo acorrala a José Antonio en un paredón de fusilamiento, allí le encaja quince disparos en la frente y rabioso, empieza a golpear el cuerpo ya rematado con el mango de la escopeta. Álvaro escapa del lugar, y a la mañana siguiente los vecinos del barrio creen que el cuerpo pertenecía a un fusilado por los civiles.
7 de noviembre de 1946
El cuerpo de Álvaro es encontrado en el fondo de un barranco, éste decidió suicidarse tras haberse sometido a la presión de matar alguien, ser marido de una mujer violada y psicológicamente devastada y sobre todo tener un hijo que no era biológicamente suyo, o como él mismo destacó en su carta de despedida a Fuencisla:  “No pienso tener un hijo que signifique una rotunda mentira, me gustaría haber tenido un hijo al que cuando lo mirase, me sintiese orgulloso, no obstante, si viviese con este, lo vería como la perfecta prueba de una mentira que nos ha hecho sufrir una agonía… definitivamente, cada vez que mirase a ese niño, vería al padre el cual forzó y violó a su propia hija”.
Podría contar que este sería el fin de una historia llena de infortunios y sufrimiento, pero decido por el momento, que vosotros decidáis el destino de Fuencisla y de su hijo Juan José.

miércoles, 31 de agosto de 2011

El diario de José Avelande

Viernes 12 de marzo de 1943.
Día soleado en Guadalajara, mi hermana salió esta mañana a comprar a la tienda de Gertrudis, una de las mejores panaderas del barrio… mientras Cristina Salió a por el pan, yo hambriento esperaba  que Gertrudis le nos pasara algunas lentejas, ya que con ella hay confianza y nos puede  dar algo más de lo que nos pertenece por racionamiento diario o a veces semanal.                La espera fue eterna, pero mereció la pena, aunque no saciamos nuestra hambre demasiado, total, en estos tiempos es lo que hay.
Ya llevo seis años sin salir a la calle… y deseo ver la luz del día y el verde del campo, pero sé que no puedo salir. Mi hermana llora todas las noches, nunca le he preguntado, pero creo que lo que la hace llorar es la propia situación del país ahora mismo.
Hoy como casi todas las semanas escribo este diario escondido en una buhardilla que tengo en caso de que entren buscándome… esta semana me he tenido que esconder tres veces, los civiles no se cansan de buscar, pero gracias a dios, lo hacen sin mucho esmero.
Hoy ha sido un día tranquilo, y tal como están las cosas, espero tener muchos días como este mientras los fachas estén donde están.

Viernes 19 de marzo de 1943.
Esta semana me he librado del paseo por los pelos… los civiles volvieron a entrar el martes, y casi me descubren ya que se me cayó el tintero al suelo, dejando rastros de tinta por todas partes… pero como siempre mi hermana Cristina despistó de nuevo a esos palurdos con su impresionante poder de convicción y sus pícaras estratagemas…
El Miércoles vino de visita el primo Álvaro del pueblo… y como siempre empezamos a hacer disputas sobre el futbol en voz baja para no levantar sospechas en el vecindario… yo siempre le digo al primo Álvaro, que es un ignorante sobre el tema del futbol, ya que en  Fontanar, que es su pueblo, no hay ni quince casas… él siempre se lo toma bien y  siempre terminamos riéndonos de las peleas tan absurdas que formamos…
La visita de nuestro primo se debía a que nos venía a informar de que su mujer, Fuencisla, iba a tener un niño dentro de poco tiempo, Fuencisla se había quedado en el pueblo con su madre Pilar, que estaba casada con un alto civil del régimen, uno de los favoritos de Franco.
Todos los días pienso en la liberación de España de este régimen que terminará con todos, y es que cada día que los civiles entran a registrar mi casa pienso en que cada vez estoy más cerca de la muerte, sin embargo, ahora es tiempo de dormir.


Viernes 25 de agosto de 1946.
Dejé de escribir este diario el día en que los civiles me encontraron… pasó por la noche, dejé de escribir y me iba a acostar, cuando de repente tres civiles tiran la puerta abajo, y me llevan a mí y a mi hermana al cuartel, ya está, mi destino era claro y conciso, iba a morir y mi hermana también…
Finalmente decidieron no matarnos, ya que el marido de Pilar, la madre de Fuencisla, se encontraba en el cuartel general de Guadalajara haciendo guardia de noche, y mintió ante todos los civiles diciendo que yo no vivía con Cristina, sino que era su hermano que venía de visita a pasar unos días, y que yo era de Ciudad Real.
La mentira resultó, y decidieron mandarme de vuelta a Ciudad Real… José Antonio, el marido de Pilar, me aparto del resto de civiles, y me dio una dirección de una vivienda en Ciudad Real, y las llaves de la casa… me dijo con estas mismas palabras << José, vete de aquí… empieza una vida de nuevo… vete sin mirar atrás y no te lleves nada de lo que puedan sospechar, de lo contrario los dos seremos hombres muertos…>>
Por este motivo llevo más de tres años sin poder escribir nada… es más, todo mi diario se ha quedado en Guadalajara… confío en que no encuentren el escondite…
Viernes 1 de septiembre de 1946
Esta mañana he decidido salir a la calle por primera vez, después de mi detención… el clima era tan soleado, que me deslumbré al salir a la calle.
En la calle me encontré con una sorpresa, mientras paseaba por los puestos que ponen en la Plaza Mayor, me encontré con Gertrudis, la panadera de mi barrio en Guadalajara… y cuando me vio en la calle me agarró por la manga de mi camisa y me llevó a una callejuela cercana diciéndome… << Pero que haces tú aquí José? … y que haces en la calle? Te van a matar!!>>           Yo le contesté… <<Tranquila Gertrudis, estoy a salvo, nada irá mal>> y le conté toda la historia también le pregunté qué hacía en Ciudad Real, ella me dijo que iba a mudarse a un pueblo cercano a Ciudad Real, ya que la panadería se la cerraron el año pasado… por supuesto yo no tenía ni idea de todo lo que había ocurrido en Guadalajara durante estos últimos tres años… y peor todavía no sabía nada de mi hermana, por lo que decidí preguntarle por ella a Gertrudis...
Ella frunció el ceño y bajó la cabeza… efectivamente, habían encontrado la buhardilla, habían matado a mi hermana y al civil José Antonio.
Esta será la última página que escriba sobre mi diario… es demasiado peligroso… esta tarde he decidido quemar las páginas antes de que pueda causar más problemas y desgracias.

JOSÉ AVELANDE MUERE FUSILADO AL AMANECER EL LUNES 4 DE AGOSTO DE 1946, SU CASA FUE REGISTRADA EL SÁBADO 2 DE AGOSTO CUANDO ÉL SE ENCONTRABA HABLANDO CON UNA TAL GERTRUDIS, LA CUAL FUE FUSILADA TAMBIÉN SIENDO ESTA FUERTEMENTE RELACIONADA CON ÉL. EN LA MAYOR PARTE DEL DIARIO EN GUADALAJARA SE ENCONTRARON DATOS CLAVE COMO LUGARES DONDE LOS COMUNISTAS REALIZABAN REUNIONES CLANDESTINAS… TAMBIÉN DETALLABA SUS RELACIONES HOMOSEXUALES ENTRE OTROS HECHOS COMO ASESINATOS DE CIVILES DE DERECHA.